Los científicos aún tienen esperanza de encontrar vida dentro del Sistema Solar. Sabemos que no hay vida evolucionada, aparte de la nuestra. Pero es posible que haya algún tipo de vida bacteriana. O que la hubiera en el pasado.
El sistema Solar evoluciona. Que un planeta no tenga vida hoy, no significa que no pudiera tenerla en algún otro momento de su historia.
Los científicos estudian cuidadosamente las imágenes captadas por los telescopios. Las manchas en planetas y satélites ayudan a conocer cómo es su superficie, qué sucede en su atmósfera, o si pueden contener agua helada.
En los últimos años, el hallazgo de agua helada en algunas zonas del Sistema Solar abre nuevas posibilidades de exploración. Se han enviado sondas a estos lugares, con el fin de obtener más datos. Donde hay agua, la vida tiene una posibilidad de desarrollarse.
Los primeros planetas que exploramos fueron nuestros vecinos más cercanos: Marte y Venus. Pronto se descartó la posibilidad de hallar vida en Venus. Las sondas enviadas en los años 60 se encontraron con un planeta infernal. La primera sonda rusa ni siquiera regresó. Una densa atmósfera de gases tóxicos impide ver la superficie.
El efecto invernadero es extremo y las temperaturas altísimas. La superficie de Venus está cubierta de lava. Las grandes tormentas y erupciones volcánicas son constantes. La vida no es posible en Venus.
Las esperanzas se pusieron entonces en Marte. Durante años se creyó que su superficie estaba surcada por canales construidos artificialmente. El malentendido se debió a una mala interpretación del término italiano "canali", que significa "cauces" pero no implica que sean artificiales.
Las sondas enviadas a la superficie de Marte no han encontrado ningún rastro de vida. Aún así, sigue siendo el lugar con más probabilidades.
Marte es el planeta del Sistema Solar más parecido a la Tierra y se cree que, en algún momento, albergó agua líquida. Al tener una gravedad inferior a la Tierra, fue perdiendo su atmósfera y se enfrió. Podría haber restos de bacterias bajo su superficie. Su atmósfera, temperatura y presión son distintas a las de nuestro planeta. El ser humano no sobreviviría en Marte, pero sí algunos organismos extremófilos de la Tierra.
El siguiente candidato para albergar vida es Europa, la luna helada de Júpiter. Por su distancia del Sol, su superficie no puede contener agua líquida. Pero se cree que, bajo el hielo, sí podría haber un océano de agua líquida, y algún tipo de vida microbiana.
Lo mismo ocurre con las lunas de Saturno Titán y Encelado. Son lugares muy distintos a la Tierra, pero abundantes en materia orgánica. Si disponen de agua líquida en su interior, la vida es posible.
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